cuando hablas con alguien y ya no tenes más cosas que decir. cuando el ¿cómo estás/qué has hecho/qué tal? se han repetido miles de veces y consigues las mismas respuestas (o distintas, pero igual de predecibles y de baja aportación al momento). cuando al fin piensas y te das cuenta que el preguntar está de más, y que es mejor no volver a entablar una conversación porque, como todo lo que fue, te vuelve a llevar al mismo destino: ninguno.
bueno por lo menos hoy ya sé que, por más que me esfuerce en saber/conocer más de lo que no me importa (porque en serio no me importa); me sale más "barato" no gastar tiempo en preguntas que a la larga salen sobrando.
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