hace un año no me imaginaba la cantidad de buenos y radicales momentos que he vivido, cuantos ojos llenos de vida, alegría, paz... y cuantas otras miradas que se pierden camino hacia Dios he visto; cuantas historias que dejarían a cualquiera sin aliento... cuantas lágrimas que tuve que llorar para adentro y cuantas risas que no pude contener... cuantos amig@s nuevos y cuanto uno que otro patán con aire de dios que se pasó por algún turno...
Dios, que inmensa es la responsabilidad es la que nos das a los que amamos lo que hacemos y que por algunos momentos en medio de la frustración, la desesperanza, el desvelo y la rabia siempre nos recuerdas en la sonrisa de un/a niñ@ que siempre hay que dar más del cien por ciento, porque ese es nuestro objetivo... lograr esa sonrisa.
gracias Dios por un año tan genial, gracias por darme la oportunidad de dar un paso más para lograr mi camino.
