07 abril 2010

¡Quiero estudiar Medicina!... 8 años después

Hace un poco más de ocho años no me imaginaba todo lo que se me venía encima y solo me di a la tarea de seguir un sueño, ese objetivo "difícil" que me había trazado saliendo del colegio. 

Entrando a la facultad me di cuenta de inmediato que lo que yo esperaba de estudiar medicina estaba bien lejos de la realidad, mi vida no iba a ser un capítulo de "Grey's Anatomy" con profesores al estilo "House MD"; sino que entraba a un campo de batalla en donde la primera lección fue: "... si ustedes creyeron que ser doctores les  va a dar pisto, están en un completo error... esto es vocación...".  Empezamos estudiando en medio de la reconstrucción de la UES, entre el polvo, papeles, corriendo de física a biología y de regreso a la facultad de medicina, tomando respiro en la cafetería de psicología (que para desgracia,  terminaron botando). 

Pasamos a 2o año, los laboratorios de micro y macro Anatomía (el exquisito olor a formol) comiendo, viviendo, escarbando esos cadáveres, las fichitas y moldes de micro; luego subiendo a Fisiología (para buscar gatos, ranas y perros para cada laboratorio) y Bioquímica (soportando profesores sarcásticos, bipolares, alcohólicos, y de más). Luego 3er año, con algunas cosas de segundo, sumándole los laboratorios de Transmisibles donde jugabas con cada cosa (orgánica) para ver bacterias, parásitos y otros bichos; conociendo el lado extravagante de Psicología donde cada clase era un "show" a lo Sábado Gigante (con cantantes, el chacal, premios y todo).

Llegamos a 4o año, la primera cachetada de la realidad, el Hospital Rosales, donde tus derechos como estudiante terminan y el trabajo, esfuerzo, género y que tan agradable y cogible seas era lo más relevante; las tardes llenas de "perderle miedo al paciente" y de nuestro acoso a cada nuevo que llegaba a los servicios, justo para preguntarles lo mismo: desde el nombre hasta lo que había comido el día que ingresó al hospital; los altamente tóxicos laboratorios de habilidades con su posterior trauma psicológico irreversible "Los Exámenes Prácticos del Terror", los parciales  y el privado lleno de lágrimas y angustias en el muro de los lamentos (el pasillo del Depto. de Medicina).

En 5o ya traumados con el año previo, las cosas se tornaron más difíciles, empezamos los turnos, conociendo el hospital y su trabajo 24/7, más exigencias con respecto a lo académico y lo laboral, mayor seriedad con  "aprender haciendo" dentro del hospital; conocimos Pediatría y Ginecología dándonos un respiro del Rosales. Fue una experiencia sobrevivir a Medicina I y a Gineco I, que  eran las materias coladoras. Luego a 6o, la cuenta regresiva empezaba, cada día nos acercaba a nuestro debut como Internos; comenzando por Pedia y Gineco, que prometían tener mayor dificultad y resultaron ser bastante tranquilas; luego a mitad de año, Medicina y Cirugía II, se encargaron de foguearnos más sobre lo que iba a ser nuestro trabajo el próximo año, nos divertimos, lloramos, reímos, gritamos y nos enojamos como externos, nos safábamos de las clases y tutorías, dormíamos en los turnos, pero hacíamos nuestro trabajo y aprovechábamos para aprender cada cosa que nos facilitara la vida para el próximo año, para la prueba de fuego. (Se me olvidaba el detalle  de las Psiquiatrías y sus "turnitos" de media tarde y sus parciales y privados que nunca pegaban con los patrones, y siempre nos iba mal). 

El Internado, como bien dicen, es para hacerlo UNA VEZ en la vida, y gracias a Dios, así fue, desde lo relajado del trabajo en una unida de salud, pasando por lo irreal y poco común de los turnos del Psiquiátrico, sin olvidar las "validas de v... del Rosales", donde dejabas, lagrimas, sudor, sangre, sueños, hambre en cada turno; donde veías que la vida se te escapaba de las manos mientras luchabas por no dormirte dando ventilación mecánica a más de algún cristiano con "pronóstico reservado" (muerte cerebral, fase terminal, error de sala de operación... entre otras), pero que te llenaban de adrenalina, frustraciones, fuerza y donde el cuero se te hace "duro", como tiene que ser un verdadero médico. Luego el salto hacia los gritos ensordecedores de Partos de Mater, atendiendo a las pacientes en el pasillo, los  famosos partos precipitados (¿camasos?), las preeclampsias/eclampasias, los SFA que corrían para Sala, el millón de requisiciones diarias (entre otros papeles absurdos), los turnos risibles de corredores, las dormidas en la UCI/UCE, los dolores de piernas de Sala de Operaciones, recibiendo niños, asistiendo cesárea tras cesárea, para no olvidar nunca; y de ahí, terminando en el Bloom, viendo pasar los días a través de los "ambus" que cargabas desde la puerta de emergencia hasta cuando tenían cupo en UCI o desocupaban un ventilador, las subidas y bajadas en las gradas, los turnos llenos de mamas histéricas que consultaban a las 3AM porque a esa hora sabían que iba a estar vacío (¡Obvio!), los turnos en el freezer de neogatos, los terribles turnos en mordedores, donde te dejaban 5 cupos y terminabas entregando 20 pacientes al siguiente día, y así hasta el 31 de diciembre.

El Año Social, al fin el gato Interno se convierte en el Doctor, donde en los pueblos hasta hacen cola para conocerte y califican tu capacidad y calidad de trabajo según la cantidad de acetaminofen (entre otros) que prescribís; donde la vida se te hace más tranquila, y tu estrés más grande es sacar los 60 (70 a 100) pacientes diarios antes del medio día para tener una tarde medio tranquila; pero, se nos arruinó todo gracias a la AH1N1 trabajando fines de semana, días festivos, en campañas, etc; pero al final sobrevivimos y entre tanta gente terminas de perderle el miedo, te hace madurar y tener un poco de consciencia de como viven las personas en el interior del país, y en cierto grado (si te dejas) te llega a tocar la realidad.

Esto es a groso modo mi experiencia, pudo haber sido mejor o peor, ya no importa; lo viví y lo superé. Medicina se convirtió en mi estilo de vida y ahora que veo atrás veo lo genial que fue haber vivido toda esta aventura, que pasó en un abrir y cerrar de ojos, y sobre todo valorar que no es un logro solamente mío sino de todas las personas que me apoyaron de muchas formas (Mil Gracias); me siento feliz, he aprendido mucho y todavía me falta bastante por vivir; de lo que estoy seguro es que, termino este paso para empezar uno nuevo igual de impresionante.

2 comentarios:

black peppermint dijo...

8 a;os.. mas que los meses, y los incontables dias que hicieron de esta etapa una de las mas dolorosas, largas, amenas, estresantes e inolvidables de tu vida, y aunque en algun momento parecio interminable, finalmente estas proximo a ver los frutos de tanto esfuerzo!
Me sumo a la lista de personas que estamos orgullosos de vos :D y me alegra mucho que cumplas tus metas! Ahora empieza un nuevo camino en tu vida, y ya sabes q ahi estaremos para acompa;arte en cualquier camino que te trazes.. y si es en el extranjero, acordate de llevarme :D jajajaja
te quiero mucho dan! y muchisimas felicidades!

FLOWERCITA ROQUERA dijo...

LO CREAS O NO ME SACASTE LAS LAGRIMAS CON ESTA NOTA....

ES MUY INTERESANTE TU BLOG DANNY PERO CREO QUE PARA LOS QUE HACEMOS MEDICINA ESTA ES LA NOTA MAS REPRESENTATIVA... GRACIAS POR COMPARTIR CON LOS CYBER-LECTORES UNA FORMA TAN CURIOSA DE DESCRIBIR LO QUE ES EL TRAYECTO DE UNA VIDA DE MÉDICO.

BIENVENIDO AL GREMIO Dr!!